Los antecedentes sobre la práctica del vuelo con planeadores equipados con flotadores son muy escasos, por lo que es muy importante rescatar el trabajo de la única institución nacional que intento desarrollar esta actividad.
El Club Aéreo Náutico Argentino, fundado hacia fines de 1930, es otra consecuencia de la prédica de Duclot. Los gestores de la iniciativa fueron Carlos Sánchez y Pablo Nicoly, quienes fijaron su sede en la calle Echenagucía Nº 80 de la Capital Federal, y declararon en los estatutos de la flamante institución que su objetivo era realizar vuelos con hidroplaneadores remolcados por una lancha, en las aguas del Río de la Plata.
El material de vuelo propuesto era un planeador "Kassel 12A", el que se modificaría adaptándole un armazón metálico desmontable, construido con tubos de acero, para sostener dos flotadores paralelos de madera. No se hizo ningún anuncio sobre el origen del planeador, de manera que no se sabe si iba a ser construido por el club o si sería importado.
Esta institución no pasó más allá de los papeles. No hay que olvidar que a fines de 1930 el Club Argentino de Planeadores "Albatros" ya había recibido el apoyo del Estado en forma exclusiva, lo que seguramente indujo a aquellos miembros del club náutico que realmente se interesaban en el vuelo a vela a aceptar la forma más ortodoxa de este deporte.