Alas ayer, al viento
despojos hoy, por el suelo.
Bruja fuiste al volar,
triste recuerdo al recordar
esa tarde negra
de impotencia y dolor.
En carne y hueso.
En hierro, madera y tela.
Mortaja sin muerto.
Hoy sólo una pena por el suelo,
lejos del viento,
lejos de la nube, del ave,
y del cielo.
Ojalá pudiera llevarte de nuevo.
Darte viento en las alas.
Cielo a tus sueños.
Pero no soy el mismo.
No desde aquel momento.
Y ya es tarde,
para tus alas,
no hay arreglo.
Igual seguiré adelante.
Siempre adelante.
Sin olvidar que fuimos despojos,
los dos, sin Esperanza,
desde aquel último vuelo.
Hoy otras alas me esperan.
Las tuyas, rotas, no las encuentro.
No fui tu verdugo,
ni tu sepulturero.
Yo no te tiré, como basura, entre espinas.
Caño, madera, tela, piel, carne y hueso.
Abandono por el piso,
en la puerta misma de la vergüenza,
de la desidia y el olvido.
Triste realidad de la que nunca seré dueño.
Despojos.
Mortaja sin muerto,
más que la muerte de tu propio sueño,
de volver a tener,
otra vez,
como pude yo,
alas al viento.
