
El día 26 de diciembre de 2021 lo recordaré como el día en el que logré completar uno de los vuelos más anhelados por todo piloto de planeador: el
Triángulo F.A.I. de 750 km.
Un vuelo pensado desde hace varios años (luego de haber cumplido el objetivo de los 500), plasmando en borradores, en cálculos de horas de vuelo necesarias a tal o cual promedio de velocidad, horarios de bloqueo de cada uno de los vértices para que alcance el día, vértices por toda la provincia, partidas remotas y no, que más al sur llovió mucho, que más al este no porque está el rio Paraná, que el oeste es todo un bajo, que más al norte entramos al TMA de Rosario, etc. etc. etc . . .
El día viernes, pileta de por medio, analizamos que el domingo estaría bueno, verifiqué la rotación del ranking interno del club con la suerte de que me tocaba volar, así que empezaban los preparativos. Definimos los vértices Hale, Bs. As. (al sur de LDG), Capilla del Señor, Bs. As. (al este entre Pilar y Zárate) y Bigand (Pcia de Santa Fe al norte). Charlamos con Javi (Gaude), miramos XC Skies, SkySight, Windy, Windguru, etc., pronosticaban cúmulos y una particularidad, el centro de alta presión estaba situado en Pergamino, lo que generaba circulación de viento Norte o Noroeste de arranque sobre el club, en el primer vértice Sudoeste para luego algo sur y muy poco en el último vértice, lo que sonaba muy alentador no tener que sufrir el viento de frente durante toda la prueba.
El día sábado dejé preparado el planeador para no tener que gastar energías ni "madrugar" tanto el día del vuelo. Otro ítem, y de lo más importante, fue comprometer al remolcador desde muy temprano, cosa no tan fácil tratándose de mi amigo Jonathan Ellena (ja!). Tras comentarle lo que significaba el vuelo a realizar no dudó un segundo en ponerse a disposición y así lo fue. Por último, y tras volver a chequear los distintos sitios de meteorología la noche anterior, parecía que iba todo encaminado.
Amanecí el día domingo, y como siempre, lo primero al despertar un día de vuelo es corroborar la situación meteorológica de los distintos pronósticos y COMO SIEMPRE (valga la redundancia), ya los modelos no anunciaban los cúmulos, al menos en la zona de vuelo. Al margen de esto, le tenía fe a uno de los datos de humedad que da el XC Skies, donde suelen aparecer y por suerte así fue en la zona este/norte.
Arribado al club y tras tener todo listo, en la pista salió el primer remolque 10:30 con Dino y Carra a sondear (muchas gracias a ellos), seguido por Javier que iba en el DG-200 sin lastre, y yo esperando. Viraban medio metro hasta los 700, hasta que a las 11 ambos informaron, casi en simultáneo, que estaban virando 1,3 m/s superando esa inversión, por lo que le di redondo hasta los 1.000 metros sobre la línea de partida donde me libré y automáticamente partí, seguido por Javier que ya había tomado 1.100 metros.
Los primeros 100 km hasta 9 de Julio fueron bastante positivos (en este primer tramo se notaba mucho la diferencia de ascenso entre el DG-200 sin lastre, contra mi ASW 20 con el peso máximo). Viramos térmicas de 1,5 m/s entre los 800 y 1.300 metros, hasta que pude enganchar la primera linda de 2 m/s y algo más hasta los 1.900 metros (aprox. a las 12:15 h), donde pude alcanzar a Javier, que se había quedado más alto en las térmicas débiles.
Lo primero que pensé en ese momento fue: "buenísimo, se armó el día", pero no. Muy lejos de eso, entramos en la zona de Hale, donde se veía todo muy mojado, hasta inundado diría yo, por lo que nos quedamos juntos haciendo supervivencia esos casi 50 km hasta el vértice, y unos 100 km más adelante luego de bloquear (entre los 900 y los 400 metros). Tan malas eran las condiciones que decidí tirar el lastre y priorizar el ascenso.
A todo esto Javier ya se había ido adelante y yo un tanto desmotivado, a tal punto que llegué a marcar en los navegadores distancia de retorno al club, distancia a pistas aledañas, etc. Llevaba un promedio de 80 km/h en los primeros 260 km, lo que significaba un horario de arribo a las 19:40 siendo extremadamente positivo (hasta entonces no se estaban cumpliendo los horarios de bloqueo de los vértices planificados en los papeles de arranque JA!).
Llegando a 25 de Mayo, con la ciudad que se veía grande, pero con pistas a la vista y cúmulos en el siguiente pueblo, pude tomar 1.500 metros en una linda térmica y posteriormente llegar a las nubes. Recién ahí empezó el vuelo que se disfruta, ahora la idea era bloquear el segundo vértice y analizar de nuevo los tiempos estimados de llegada y, en cualquier caso, abortar la prueba tras pasar Capilla. Aún me quedaban por recorrer algo así como 450 km y ya eran pasadas las 3 de la tarde.
A partir de ahí mejoraron mucho las condiciones y empecé a arriesgar un poco para ver si "pegándola" podía acelerar el promedio, así que hice un planeo largo pasando por algunas térmicas buenas y descartándolas, hasta que por ahí encontré la mejor, desde los 1.000 a los 3.000 metros con 3,8 m/s de promedio (golpes de hasta 5), pude alcanzar a Javier y volver a estar en carrera. Tiramos un rato juntos altos y virando buenas térmicas, ahora el XC daba horarios de arribo 19:10 y había 3.000 metros de techo, por lo que siendo positivo, los últimos casi 100 km podían ser en un planeo final prácticamente sin condiciones. Así que siendo las 5 de la tarde, con todavía 250 km por recorrer y tras comunicarme por radio con Fede Franchini (estaba arribando de un 400 km en el "Janus" a más de 100 km/h de promedio), que me dijo con firmeza: "dale para adelante que yo te voy a buscar", decidí continuar.
A unos 30 o 40 km de Bigand, último vértice, se nos terminaban los cúmulos, por lo que tomamos en la última nube cerca de 2.800 metros y salimos despacito a bloquear. Fuerte descenso durante todo el planeo, hizo que lleguemos con 1.300 metros al TP y salimos rumbo al club. Javier y los muchachos de Rosario (Dami y Santi) que estaban en los "Ventus", marcan una linda térmica a la cual yo entro unos 200 metros más arriba con la suerte de enganchar la burbuja. Yo subí algo así como 2,8 m/s, mientras que Javier subía 1,9 m/s. Ahí pude tomar 2.600 metros en aire claro y tirarme a los poquitos (pero marcados y aparentemente firmes) cúmulos que quedaban, en los que pude virar bien hasta obtener 3.000 metros. A 66 km, a eso de las 18:50, me anuncié en planeo final.
Javier decidió ir más recto por unas babitas y no corrió con la misma suerte que yo, tronando en una pista a tan solo 6 km del club.
Luego de algo más de 8 horas de vuelo y tras 20 minutos de un planeo final lleno de emociones, gritos de euforia estando solo en una cabina (ja!) y enviando alguna que otra foto a mis más cercanos con la idea de intentar compartir mi felicidad con ellos, arribo al aeródromo donde me esperaban familiares, compañeros y amigos.
Todos con una alegría enorme por el logro tanto personal como institucional, siendo la primera vez que se logran realizar los 750 km en triangulo F.A.I. en los casi 75 años de nuestro querido C.P.J.
A todos los que están, y que han estado a lo largo de toda la historia, detrás de semejante institución que lo hizo posible, les estaré eternamente agradecido.




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