A finales de los años '20 los diseñadores de la aviación civil comenzaron en sus proyectos a renunciar al uso de los empenajes estabilizadores (aviones y planeadores con cola), el
Akaflieg München también comenzó a investigar esa variante.
En tres meses construyeron un ala volante a la que denominaron Mü-5 "Wastl", el planeador tenía un ala con flecha positiva, sin montantes, y una cabina de pilotaje estrecha y oval.
El proyecto resultó un fracaso, el vuelo más largo fue un pequeño saltito que duró apenas 15 segundos y terminó destruido. Egon Scheibe monifestó luego que el único consuelo que ellos tuvieron era que otros diseños sin cola terminaron del mismo modo.