El curioso aparato, apodado
"KT-40" (por
"Krylya Tanka", tanque alado), también es conocido como
"Antonov A-40" o
"A-40T". Fue sin duda, una de las apuestas más serias y potencialmente exitosas del proyecto de tanque volador de esos años.
Curiosamente, tanto estadounidenses como japoneses lo intentaron, sin resultados muy prometedores. Sin embargo, los soviéticos, como suele suceder, se llevaron la palma con su diseño de tanque volador.
La solución: tomar un tanque ligero "T-60", agregarle alas y superficies de control, de manera que el fuselaje del improvisado planeador fuera el mismo tanque. Se llegó incluso a diseñar un sistema por el cual el cañón del tanque, apuntando hacia atrás, era sujetado a la superficie de control de la cola. Cambiando la elevación del arma, se podía entonces hacer descender o ascender el planeador, mientras que girando la torre se controlaba la orientación hacia derecha o izquierda.
Cuando llegara el momento de aterrizar, el piloto del tanque encendía el motor y le daba potencia, de manera que el aparato pudiera tomar tierra y continuar acelerando o frenando, de acuerdo al caso necesario. En pocos minutos se podían sacar las alas, y el tanque estaba listo para combatir.
La idea era no solamente apoyar a fuerzas aerotransportadas, sino también a partisanos que operaban tras las líneas enemigas, haciéndoles llevar material pesado para que montaran operaciones con más poder de fuego, la idea comenzó a ser llevada a la práctica en 1940.
Un "T-60" fue convertido en un planeador en 1942. Sin embargo las pruebas no fueron muy realistas: para aligerar el tanque se le quitaron las armas, la munición y otros elementos, dejándolo solamente con un poco de combustible. Incluso así, los pilotos del "TB-3" de remolque tuvieron que soltar prematuramente el planeador para evitar estrellarse. La resistencia que generaba el aparato desestabilizaba y frenaba demasiado al bombardero; incluso así se dice que el aparato planeó bastante bien, aterrizando en un campo. El conductor, luego de sacarle las alas y colas, pudo conducir de vuelta a la base sin problemas.
Luego de esta prueba, el proyecto fue abandonado, ya que no existía ninguna aeronave con el suficiente poder en sus motores como para remolcar seguramente un tanque de ese tipo.
Este extraño aparato se trataba de una rudimentaria estructura de biplano, estaba construida enteramente de madera, el borde de ataque de las alas estaba revestido en madera terciada, las alas tenían una envergadura de 18 metros, poseían alerones y flaps en ambos planos con movimientos de 45º hacia arriba y abajo, la superficie alar era de 85,80 m2 y una carga alar de 95,57 kg/m2.
Ideas similares surgieron en Inglaterra, Alemania y Japón, pero también fueron abandonadas.