Pareciera mucho tiempo, pero diez años no son nada, sobre todo para evaluar un evento con perspectiva histórica.
Los protagonistas en la historia todavía estamos en actividad y no deberíamos ser los que hiciéramos el balance, el que indudablemente harán otros, cuando pase más tiempo.
Pero los diez años que han pasado nos permiten aportar algunos elementos que, seguramente, los más jóvenes no conocen y son interesantes de divulgar.
Cuando la Federación, allá por el 2009, decidió analizar la candidatura para ser sede de un mundial, se establecieron tres objetivos estructurales: a) tener una buena organización; b) reequipar a los clubes con nuevos planeadores; c) lograr un nuevo campeón mundial. Todo parecía muy pretencioso, pero teníamos en cuenta lo que había sido la anterior experiencia con el Mundial de Junín, de 1963.
En cuanto al desempeño de la organización, los fervorosos entusiastas de hacer un mundial sostenían que hacerlo no era más complicado que hacer un nacional. No sabían lo lejano que estaban de esa realidad.
Pero nuestro país había cambiado muchísimo en esos cincuenta años. El Estado nacional no era el mismo y la Federación, que no es una entidad manejada por profesionales (como lo podrían ser las de los deportes grandes, como el fútbol), sino que es un grupo de voluntades preocupadas por aportar mejoras al deporte del vuelo a vela, aparecía como muy pequeña para tamaño desafío.
Una apostilla: Cuando hablamos del pequeño aporte económico estatal para la organización del Mundial: la A.N.A.C. (ente encargado de la promoción de la Aviación Civil) nos "ayudó" financieramente con un subsidio de $ 270.000 de esa época. ¿Era mucho? Dos meses después hizo un aporte para una actividad de dos días (sí, de solo dos días) en el aeródromo de Gral Rodríguez de la provincia de Buenos Aires (una institución privada con fines de lucro) por la suma de $ 200.000. Sólo el Ministerio de Turismo de la Nación hizo un pequeño aporte extra que nos permitió sufragar los gastos de combustible. Dejamos las conclusiones a su criterio.
Otra apostilla: YPF nos dejó "colgados" con el aporte mínimo que se había comprometido (de los 10.000 litros de combustible en el que habíamos estimado se consumirían durante el campeonato) a sólo 48 hs del comienzo de las pruebas oficiales. Tuvimos que salir a buscar combustible por las distribuidoras de la provincia de Buenos Aires, con viajes nocturnos para que llegaran a tiempo. Ahí tuvimos una grandísima colaboración de "Tarula" Vázquez y de Iván Orellano, que pusieron a nuestra disposición sus vehículos y sus cisternas para conseguir que llegaran a tiempo.
El Mundial del '63 tuvo muchísima colaboración y aporte económico de parte del Estado Nacional. En esos años el Fondo de Fomento a la Aviación Civil funcionaba aceitadamente y muchos de los planeadores que vinieron para participar, quedaron en el país. Y fue la puerta para que los clubes se equiparan de los modernos veleros estándar (para la época), el Ka-6Cr, que transformó la estructura de nuestro volovelismo. También llegaron los remolcadores Ranquel fabricados por la "Fábrica Militar de Aviones" y que equiparon a los clubes hasta la aparición de los Boero.
Toda la infraestructura del Mundial de Junín se montó puntualmente para un evento internacional en poco tiempo (con un gran aporte económico de la Nación) y llamó mucho la atención de los europeos, que venían de un Europa que todavía padecía las catastróficas consecuencias de la Segunda Guerra Mundial. Así nos lo hicieron acordar algunos integrantes de la delegación polaca en el 2013, especialmente el padre del gran campeón Kawa. Aclaramos que el gran hangar que caracteriza al CP Junín se construyó con posterioridad al Mundial.
En el 2009 (año de la postulación), todo había cambiado. El Estado argentino se había retirado de sus obligaciones de fomento a la actividad aeronáutica civil y no hubo más que algunos aportes económicos muy pequeños, casi testimoniales. A eso se sumó que la petrolera estatal nos dejó plantados a 48 hs del comienzo y no nos entregó el combustible que se había comprometido a aportar. La infraestructura (nueva sede del Club de Planeadores Otto Ballod) se pudo realizar gracias a un subsidio de la Provincia de Buenos Aires, que nos permitió presentar una sede renovada y moderna.
Como dije, la Federación no es un ente "abstracto", con recursos y "gerentes" profesionales que puedan hacer todo. Es un grupo de voluntades individuales que aportan lo que pueden a la actividad.
El mundial nos llevó tres años de mucho trabajo y tiempos extraordinarios dedicados a su organización, durante los cuales no dejamos de atender las cuestiones "cotidianas" de nuestro deporte: los campeonatos y las demás necesidades de los clubes en las que podíamos colaborar. Es decir, los tiempos que nos llevó la organización fueron inusitados y fuimos un grupo reducido los que le empezamos a quitar tiempo a nuestras obligaciones laborales, profesionales o personales para llevar adelante una organización excepcional.
El primer problema que se presentó, y teniendo en cuenta la cuestión económica, fue el de la sede del campeonato. Comenzamos pensando en la Provincia de San Luis, por los importantes apoyos que la misma había dado al deporte en general y por las buenas condiciones para el vuelo en alguna de sus regiones. Lamentablemente no se pudo acceder a esa fuente de financiación.
En la fecha tope que nos habíamos fijado y ante el fracaso de las gestiones, nos decidimos por la sede más "probada" de nuestro país, el aeródromo del Club de Planeadores Otto Ballod, en Adolfo Gonzáles Chaves. Todo el tiempo invertido en las gestiones con la provincia de San Luis hizo que las tratativas con el Otto Ballod se tuvieran que hacer a "marcha forzada" y teniendo en cuenta las naturales aspiraciones de los locales, sus tiempos institucionales (hubo tres presidentes distintos en todo ese proceso) y la realidad de una organización que los excedía claramente. No fue un camino allanado de entrada, pero el final de la historia demostró que terminó llegando a un muy buen puerto.
De aquellos tres objetivos básicos que nos planteamos al comienzo, rápidamente descartamos el segundo (el reequipamiento de los clubes), ya que las regulaciones vigentes para las importaciones temporarias del material de vuelo impedían la nacionalización de esos planeadores que trajeran los equipos extranjeros, ya que debían salir del país en menos de tres meses.
Incluso la operación de importación y exportación de los planeadores que usarían los equipos más fuertes (que venían en unos 15 contenedores, algunos con hasta seis planeadores en su interior) llevó un trabajo muy importante por parte de los especialistas en el comercio exterior, ya que ese manejo es muy específico. Y teníamos que luchar contra nuestras propias características en el manejo de las importaciones y las malas experiencias de los pilotos extranjeros que venían a volar en la Cordillera de los Andes con sus propios planeadores, lo cual nos generaba un importante consenso en contra de parte de algunas delegaciones europeas. Eso nos llevó mucho esfuerzo y tiempos de coordinación y debimos contar con la colaboración de especialistas en el tema (Patricia Mc Michael y la firma Aerotec de los hermanos Cardama, de Mendoza).
La construcción de la nueva sede del Club también llevó muchísimo tiempo y esfuerzo: de los antiguos hangares sólo quedaron en pie las paredes. Se cambiaron la totalidad de las chapas del techo y se demolieron las viejas oficinas construidas en 1981 para el frustrado mundial del '83 (y que ya estaban muy deterioradas), las que fueron reemplazadas por otras de una moderna concepción y características técnicas. Aquí nos dio una mano importante Santiago Demódena, autor del proyecto, mientras que todo lo que tuvo que ver con la obra fue controlado por profesionales locales y la dirección algunos integrantes del Consejo Superior de la Federación.

Gracias a una importante intervención del actual presidente de la FAVAV (José Damiano) en la burocracia de la provincia de Buenos Aires, que contó con la valiosa ayuda del Diputado Provincial Isidoro Roberto Laso (entonces asesor del gobernador Daniel Scioli), se consiguió un importante subsidio provincial (que administró la Municipalidad de AGC, en cabeza de su intendente y amigo de la actividad, Dr. José Martínez y por parte de su antecesor, también gran apoyo, Daniel Vissani) para ejecutar las obras de remodelación de las instalaciones, que pudieron ser inauguradas para la realización del 3º Campeonato Sudamericano y premundial del 2012.
En particular, este campeonato premundial ha merecido poca atención, cuando se destacó especialmente por dos cuestiones. En primer lugar, será por mucho tiempo el evento con mayor concurrencia de nuestro país: 109 planeadores participando en un aeródromo que tenía todavía las pistas "angostas" y "cortas" (y que para el mundial del año siguiente se pudieron ampliar y alargar), lo que representó todo un desafío de organización y especialmente para las operaciones.
En segundo lugar, fue el campeonato en el que se nos "testeó" por parte de la F.A.I.. Efectivamente, varios equipos europeos no querían venir a Argentina (Alemania y Lituania entre los que lo habían expresado formalmente). Se había realizado el mundial de las clases "flapeadas" en Uvalde (USA) y decían que era muy caro ir a dos mundiales seguidos a América. Claro, no tenían en cuenta que al momento de designar las sedes para organizar este Mundial, el I.G.C. no había tenido ninguna postulación y que la Argentina les vino a salvar los platos. En el camino, había aparecido una alternativa de una eventual nueva sede, por las dudas.
Ante la presión de los equipos que no querían venir, el I.G.C. nos planteó la necesidad de que contáramos con una empresa "promotora" que nos ayudara con las cuestiones operativas de la importación de los planeadores (ello derivado de las quejas de los pilotos que venían a volar a la Cordillera). No sabían que poco tiempo antes (y gracias al consejo del empresario Leo Monti, piloto de planeador, dueño de un equipo de TC 2000 multicampeón de la categoría y amigo de Eduardo Toselli) habíamos acordado la participación de David Eli y su organización "+ eventos", conocido internacionalmente en el mundo del deporte motor por haber sido el promotor de las presencias en nuestro país del Rally Mundial, el Moto GP y después del Dakar. Por esa reconocida trayectoria mundial, les sorprendió a los integrantes del I.G.C. que contáramos con esa ayuda. Punto a nuestro favor.
Por todo ello, el I.G.C. de la F.A.I. envió a su "hombre fuerte", el británico Brian Spreckley, como observador al premundial de 2012. En lo personal me dije para mi interior: "...viene un inglés a monitorearnos, seguro que nos quedamos sin mundial...". Por suerte me equivoqué rotundamente.
Spreckey mostró muy buna voluntad desde que llegó al país (lo fueron a esperar a Ezeiza Irene y Fernando Repicky, para trasladarlo hasta Chaves). No podía creer las atenciones recibidas, primero, y las instalaciones para la organización que encontró después. Venía de ser "Steward" en el Mundial Juvenil de Alemania, en el cual su oficina quedaba arriba de la cocina del club y tenía que convivir con todos los ruidos y los aromas respectivos. En Chaves se encontró con una oficina nueva y específica para él y los Jurados. Le parecía increíble lo que le proporcionábamos.
Tuvimos muchas reuniones con Brian en los días previos, en donde se fue interiorizando de los detalles de la organización y nos dio algunos consejos basados en su vasta experiencia como deportista (ex campeón mundial) y como organizador de eventos.
Saltamos al primer día del premundial de 2012, con los 109 planeadores (separados por primera vez en nuestro país en tres clases) en pistas bastante angostas y cortas. Nos vio operar en esas condiciones (las operaciones estaban a cargo de Enrique Lippi y "Beto" Vogt) y quedó impactado con la organización de la caja, la eficiencia de los decolajes y aterrizajes y con las condiciones de seguridad en las que se realizaron, muy adecuadas para los estándares internacionales, especialmente teniendo en cuenta la cantidad de planeadores que participaban de ese campeonato.
No habían arribado todos los competidores en ese primer día y Brian se retiró del control de llegada y se fue a dirigir un mail al presidente del I.G.C. (el norteamericano Erik Mozer en ese momento), el que después nos haría conocer. En él decía algo así como: primero, Argentina es un hermoso país; segundo, las instalaciones del campeonato son excelentes y, en tercer lugar, tiene un equipo de trabajo muy bueno y ajustado. Terminaba diciendo: tenemos mundial 2013 en Argentina!! Fue la confirmación que necesitábamos y el reconocimiento del enorme trabajo que veníamos haciendo. Y un gran alivio para nosotros.
Ahora damos otro salto en el tiempo y pasamos al Mundial de enero de 2013.
La importación de una gran cantidad de contenedores con los planeadores que usarían los participantes en el Mundial llevó una buena tarea de gestiones en la Aduana y de logística para su traslado desde el la Terminal "T4" de Zárate a Chaves. Para colmo de males, los camiones y las grúas (para bajar los contenedores de los camiones) llegaron después de una lluvia, lo que complicó todo. Esa sería una de las complicaciones que afrontábamos.
El año 2012 fue muy lluvioso en el sur de la provincia de Buenos Aires: a los chacareros les fue muy bien, ¡pero se nos inundaron las pistas que acabábamos de hacer ampliar! Teníamos dos tremendas lagunas en la intersección de las pistas que nos impedían operar con viento sur. Tuvimos suerte (en éste sentido) y durante la primera semana volamos con viento norte y pudimos operar con seguridad (las pistas se iban "afinando" en la medida que los remolques avanzaban).
Durante esa primera semana se hizo un trabajo increíble con bombas de achique, camiones atmosféricos y, finalmente (ante el fracaso de esos intentos), construyendo un enorme canal (de dos metros de ancho por dos a tres de profundidad) a través del sembrado del club para extraer el agua hacia la calle ubicada al Sur del aeródromo. Cuando sacamos el agua, hubo que aportar tierra, porque el terreno había bajado mucho. En todos estos trabajos tuvimos la inestimable ayuda de la Municipalidad de Adolfo Gonzáles Chaves, que puso a nuestra disposición sus maquinarias viales para hacer los trabajos.
La suerte siguió de nuestro lado ya que, el día que rotó el viento y tuvimos que usar la cabecera inundada, ya habíamos terminado los trabajos y sólo hubo que bancarse un poco del polvo que se levantaba con el paso de los aviones. Fue verdaderamente una tarea ciclópea, que insumió de varias noches sin dormir a sus encargados (José Damiano y Martín Hidalgo).
Lo importante es que esta "proeza" sería reconocida en la siguiente reunión del I.G.C. en la que realizó la evaluación del mundial de Chaves.
Aún hoy en las fotos satelitales se observan las marcas de esas lagunas (hoy secas), pero que en épocas de lluvias copiosas se colmatan y duran muchos meses y/o años antes de secarse. También se observa (si se mira atentamente) la marca del canal que tuvimos que hacer para extraer el agua. Increíble.
La meteorología no nos acompañó mucho durante el campeonato y se pudieron realizar relativamente pocas pruebas (nueve pruebas en la clase "Standard", ocho en la Club y sólo siete en la Mundo), algunas realizadas en condiciones pobres y -lamentablemente- no tuvimos ningún día explosivo de esos que le conocemos a esa probada zona de vuelo. Tampoco fue una meteo mala, pero lo que pasó es que comparada a la del año anterior, éste año no fue tan bueno.
Y el Campeonato Mundial no terminó el día 19 de enero con la última prueba: todavía nos quedaban cuatro días más de trabajo en el Puerto de Zárate para lograr exportar los planeadores que habían traído los equipos más importantes. Toda esa labor (de una complejidad muy grande, debido a la participación de numerosas reparticiones públicas y privadas, de la cual en alguna oportunidad la relataremos) también fue reconocida por los participantes y las autoridades internacionales de nuestro deporte.
De los excelentes resultados deportivos del Equipo Nacional, con los Campeonatos Mundiales de Santiago Berca (clase "Club") y Sebastián Riera (clase "Mundo"), el Subcampeonato de Jorge Tártara (clase "Mundo"), los quintos puestos de Damián Goldenzweig (clase "Standard"), de Javier Gaude (clase "Club") y Eduardo Crego (clase "Mundo"), más el sexto puesto de Gonzalo Riera (clase "Standard"), y que contaron con Carlos Calamante como Jefe de Equipo y Jorge Soler como coach, nos extenderemos a continuación.
Sólo adelantaremos que el aspecto deportivo fue el principal buen resultado que nos dejó éste Mundial.
¿Que nos dejó el Mundial en definitiva?
Hasta aquí algunas de las pinceladas más gruesas de lo que fue la previa del Mundial 2013 y su contexto. Está claro que sólo es una breve síntesis y que hay material como para escribir un libro al respecto (con la participación de todos los involucrados), algo que el tiempo dirá si podremos contar con él.
Pero ahora pasaremos a tratar de hacer un balance de los beneficios que nos dejó el "32º Campeonato Mundial de Vuelo a Vela de Argentina 2013".
1º) Dos Campeones Mundiales:
Quienes pintamos canas, crecimos en el ámbito del Vuelo a Vela nacional asombrándonos de la hazaña de "Rolf" Hossinger al imponerse en el Mundial de Alemania (Colonia) de 1960, y que fue el antecedente inmediato de que la F.A.I. nos distinguiera como sede el Mundial de 1963.
"Rolf", nacido en Misiones, pero criado desde pequeño en Suecia, voló siempre bajo nuestra bandera y fue nuestro embajador ante el mundo entero. Único volovelista en adjudicarse un premio Olimpia de Plata y se llevó el de Oro del mismo año, todo por haberse adjudicado el Mundial de Alemania. Incluso fue tapa de la prestigiosa y tradicional revista "El Gráfico". Todo un reconocimiento.
"Rolf" fue nuestro primer múltiple campeón nacional y tuvo una vigencia muy prolongada en la actividad, ganando su último nacional en Córdoba (Juárez Celman) de 1986. Era un ídolo en el volovelismo, todos lo escuchábamos hablar con su acento tan especial (parecía extranjero) y siempre se formaban rondas a su alrededor cuando nos contaba sus anécdotas.
Durante más de 62 años ese fue nuestro héroe, el mayor representante de nuestro deporte. Y así no fue una casualidad que nuestro mundial llevar su nombre a modo de homenaje.
Como ya dijimos antes, tener un nuevo campeón mundial era uno de los objetivos de la Federación al momento de organizar un Mundial en nuestro país. Las grandes condiciones de nuestros pilotos (ya demostradas en los mundiales a los que habían concurrido en esos años, con varios triunfos parciales en pruebas) más el conocimiento del lugar, nos daban lugar a ser optimistas.
En el caso de Sebastián Riera en la clase "Mundo", después de un comienzo en el 11º puesto de la tabla, comenzó a ascender en la general hasta terminar en el primer lugar (punteó el campeonato en las últimas tres pruebas), incluyendo dos terceros puestos parciales, en lo que fue un campeonato muy regular de Sebastián y se vio premiado con un triunfo histórico.
Por su parte, en la clase "Club", nuestro Campeón Mundial Santiago Berca arrancó con un 18º puesto en la primera prueba y desde ahí comenzó una remontada notable, que incluyó el triunfo en la tercera (que lo acomodó muy bien en la general), un tercero en la séptima (que lo dejó segundo en la general) y el triunfo en la 8º y última prueba, lo que lo consagró como Campeón Mundial en una remontada increíble. Es de hacer notar que Santiago salió a ganar el Campeonato en la última prueba y no se conformó con un eventual segundo puesto, lo cual también habría sido muy meritorio para él en forma individual.
De esta manera, con dos Campeones Mundiales más en casa, podemos señalar, sin temor a equivocarnos, que el resultado deportivo fue el mejor legado de éste Mundial hecho en base al esfuerzo de un grupo pequeño de dirigentes y que fue coronado con la gran calidad de los integrantes del Equipo Nacional que nos representó en él.
2º) El mejor desempeño de un Equipo Nacional desde que la F.A.I. disputa la copa por naciones:
La performance general del Equipo Argentino tuvo una magnitud inconmensurable que fue reconocida por el mundo entero. Es más, el hecho de no obtener la Copa de Naciones, hizo plantearse a la dirigencia la necesidad de modificar su reglamento, ya que nuestro país con dos campeonatos sobre tres en disputa y un subcampeonato y todos los pilotos ubicados dentro de los cinco primeros puestos y un sexto, era imposible que no la ganara. Pero lo reglamentos son los reglamentos y se nos escapó por muy pocos puntos.
En la clase "Mundo" (que disputaba su último mundial), tuvimos varios segundos y terceros puestos con el Campeón Mundial Sebastián Riera y Jorge Tártara y no hay que olvidar que el cuarto ubicado fue un argentino de doble nacionalidad, Matías Pasztor, que voló para el Equipo Húngaro.
Además de la performance extraordinaria de Sebastián Riera, Jorge Tártara también llegó al segundo puesto en la general en la quinta prueba y se mantuvo ahí hasta el final del campeonato. Eduardo Crego, que ganó dos pruebas de la clase y que venía puntero, tuvo una situación riesgosa en la cuarta prueba, lo que lo relegó en las posiciones, cuando venía perfilado para hacer un podio también. Por su parte, Matías Pasztor (volando para el equipo húngaro) se mantuvo primero en la general durante dos pruebas y quedó 4º en la general.
En la clase "Club", nuestro Campeón Mundial Santiago Berca ganó dos pruebas (la tercera y la novena, que fue la decisiva, ya que lo entronó en el campeonato), mientras que Javier Gaude obtuvo un 2º puesto como su mejor ubicación parcial, con un promisorio 7º puesto en la primera prueba, pero un error en la tercera lo relegó muchísimo en la general. Desde ahí comenzó una remontada muy buena, con sendos 5º puestos, un 4º lugar y el segundo lugar de la última prueba. De ahí su quinto meritorio puesto en la general.
En la clase "Standard", la más disputada de nuestro mundial, el Equipo Argentino también tuvo muy buenas actuaciones. Damián Goldenzweig, que redondeó su mejor participación en un mundial, comenzó con un 5º puesto y luego obtuvo un segundo y un tercer puesto parcial como sus mejores resultados (para terminar 5º en la general) y Gonzalo Riera terminó 6º, con un segundo puesto parcial como mejor figuración. Los dos representantes nacionales tuvieron un campeonato muy parejo, lo que les permitió terminar en muy buenas ubicaciones finales, justo en la clase en la que estaban (muy probablemente) los mejores pilotos del mundial.
Un dato de color: en la tercera prueba de la clase "Mundo", cuatro argentinos (Crego/Pasztor/Tartara/Riera) encabezaban las posiciones de la general. Increíble.
Todas éstas grandes performances individuales configuraron la mejor actuación de un equipo nacional en la historia de los mundiales. ¿Nos alcanzó para ganar la "Copa de las Naciones"? No, no alcanzó y fue increíble e injusto. La Copa se la llevó Australia gracias a que no presentó equipo en la clase "Mundo", que hizo bajar el promedio a nuestra representación, pese a haber obtenido el Campeonato y el Subcampeonato, lo cual resulta increíble (la clase dio muy pocos puntos por las devaluaciones de las pruebas).
Esta presunción (la de ser la mejor actuación de un equipo nacional en la historia de los mundiales) no me pertenece, fue expresada por las autoridades del IGC durante el Mundial (Brian Spreckley y Peter Ryder, presidente del Jurado).
De todas maneras, los dos títulos mundiales, un subcampeonato y todas esas notables actuaciones personales se han convertido hasta la actualidad en las mejores performances de cada uno de nuestros pilotos en un mundial, lo cual es muy destacable, y también ha sido el mejor desempeño colectivo de nuestra historia en los Campeonatos Mundiales, y será muy difícil de empardar.
3º) El sistema de organización de las operaciones:
Nuestro deporte ha tenido la virtud de ir incorporando los avances que se podían observar en los mundiales de todas las épocas. Especialmente en cuanto a las operaciones, siempre estuvimos atentos a lo que se podía aprender de la experiencia ajena. Así se fue formando una metodología muy consolidada y segura.
En el Premundial de 2012, cuando el I.G.C. envió a Brian Spreckley de veedor, se reunieron casi 110 planeadores en tres categorías, en un aeródromo que tenía sus pistas muy ajustadas para esa cantidad de veleros, tanto en cuanto a su ancho como a su longitud. Brian nos observó muy atentamente en el manejo de la operación y de la seguridad, tanto en los decolajes como a las llegadas. La participación y el aplomo de Enrique Lippi en el premundial y de Roberto Vogt en el Mundial fueron muy apreciadas.
Le llamó la atención el manejo de la operación sin radio, donde cada uno de los operadores (pilotos de planeadores, pilotos de los remolcadores, los asistentes, las autoridades) sabía lo que tenía que hacer y lo ejecutaban a la perfección. El no uso de la radio, lejos de ser un retroceso, es una medida que deja la frecuencia habilitada para el caso de una emergencia. Y eso fue muy valorado.
El reconocimiento de las autoridades de la FAI/IGC y de los participantes del premundial y del Mundial fue una parte del legado del campeonato. El hecho de que hoy lo disfrutemos en todos los Campeonatos que se desarrollan en el país es tal vez la mejor parte de todo lo que se aplicó en esos años, lo cual nos garantiza campeonatos seguros en cada oportunidad que nos juntamos a divertirnos y competir en nuestros clubes.
4º) Una organización casi sin fallas que fue reconocida por el I.G.C.:
Con posterioridad a nuestro Mundial se realizó en Holanda (hoy Países Bajos) la reunión anual del I.G.C. de la F.A.I. que, entre otros objetivos, tenía el de evaluar los campeonatos realizados en esa temporada. Este es un trámite muy formal, ya que los informes de los steward de cada campeonato son subidos previamente a la página de la F.A.I. y los delegados, ante la requisitoria de la presidencia, se limitan a levantar la mano en muestra de aprobación.
Cuando llegó el turno del Mundial de Argentina, el presidente Erik Mozer se detuvo a realizar una serie de observaciones laudatorias sobre nuestro campeonato, todas ellas proporcionadas por la información que le daba Spreckley por afuera de su informe formal. Señaló la hospitalidad del país, las excelentes instalaciones del aeródromo (con las pistas ampliadas respecto del año anterior), las operaciones seguras, la forma en que la Deportiva se adaptaba a las cambiantes y regulares condiciones meteorológicas que tuvimos en esos días.
Pero en particular se refirió a dos temas que para ellos fueron muy destacables: en primer lugar, la capacidad de sobreponernos a los imprevistos que nos generaron las lluvias excesivas y la inundación de las pistas. Desde el primer día Spreckley nos decía que se podría operar con las lagunas presentes, pero fue nuestra decisión secarlas. Todo ese trabajo de una semana en la que se trabajó de día y de noche, lo que fue observado con mucha admiración por los extranjeros. En segundo lugar, después de las malas experiencias con las importaciones de planeadores para volar en la Cordillera, en el caso del Mundial se pudo ingresar y enviar a sus destinos de origen todo el material de vuelo sin ningún tipo de contratiempo. Eso también les llamó la atención y lo destacaron expresamente.
La evaluación de nuestro Mundial terminó con un aplauso de todos los presentes (incluso de los delegados alemanes y lituanos, que no querían venir a nuestro mundial), hasta con algunos delegados aplaudiendo de pie. Para Eduardo Toselli (nuestro Delegado Titular ante el I.G.C.) y para mí (que estaba presente) fue realmente un premio para el esfuerzo de tanto tiempo y en el que pusimos nuestro esfuerzo y todas nuestras muchas ganas para que todo saliera lo mejor posible.
Fue el broche de oro para un campeonato memorable y que nos ha dejado un gran legado.
5º) Las instalaciones excepcionales para el Club OB que hoy disfruta todo el VaV:
Uno de los objetivos que nos planteamos al decidirnos por la sede del Otto Ballod fue el de cambiarle la cara a sus instalaciones, confeccionadas en el año 1981 para la realización del que iba a ser el Mundial de 1983 (frustrado por la guerra de Malvinas), las que se encontraban ya muy deterioradas. Como ya señaláramos, gracias al aporte de la Provincia de Buenos Aires, se pudo realizar una obra magnífica y que durará muchos años.
Esa obra no solo nos permitió mostrar un club "del primer mundo" a nuestros visitantes, sino que ha quedado como un hermoso recuerdo de un evento extraordinario que todos los años los pilotos argentinos pueden disfrutar cada vez que tenemos la alegría de volver al hermoso Club Otto Ballod a disfrutar de las muy buenas condiciones de vuelo de la región.
Un silencioso testimonio de una de las páginas más gloriosas de nuestro deporte.
6º) La instalación de Argentina en el concierto internacional:
Argentina es conocida en el mundo del vuelo a vela por varias razones.
El Campeonato de Rolf Hossinger, el Mundial de Junín del '63, el hecho de ser uno de los países en los que más se vuela fuera de Europa (sólo comparable con USA y Australia). Más acá en el tiempo, por los vuelos en la Cordillera de los Andes (el sitio generador de la mayoría de los récords mundiales vigentes), y más acá por las actuaciones de nuestra nueva generación de pilotos que desde el Mundial de Suecia 2006 volvieron a poner a nuestro país en los primeros planos.
Pero nos faltaba demostrar que también éramos capaces de realizar una organización eficiente de un evento de envergadura mundial. El antecedente de la importación de equipos para volar en la Cordillera no nos ayudaba.
El Mundial de Chaves de 2013 le demostró al vuelo a vela del mundo que también éramos capaces de organizar un evento de primer nivel, que éramos confiables, y que las actuaciones de los equipos nacionales en los mundiales era una parte de un deporte que había llegado a un estado de madurez integral y destacable.
A modo de Cierre:
Hasta aquí algunas pinceladas de lo que fue el contexto en el cual se organizó y desarrolló el Mundial de 2013. Queda muchísimo por abordar, por contar, por armar de nuevo con el aporte de todos los que participamos de esa gesta, hecha a pulmón por los que queremos éste deporte tan hermoso.
Es necesario agradecer a muchas personas que nos acompañaron en tamaña gesta. Hacer nombres nos lleva a cometer injusticias si me olvido de alguno. Pero más injusto sería no nombrar a los que hicieron posible este resultado tan positivo para nuestro deporte. Voy a centrarme en quienes nos acompañaron en los casi cuatro años de trabajo previo, sin flaquear, aun cuando en muchas oportunidades todo parecía complicarse y que no llegaríamos a buen puerto.
El agradecimiento para los integrantes del Consejo de la F.A.V.A.V.: Irene Treuer de Repicky, Juan Souza, José "Pepone" San Martín, Eduardo Toselli, José Damiano, Diego "el Gallego" Sánchez, Fernando Repicky, Martín Hidalgo, Miguel Martínez Boero y Luciano Bruzzese.
A las autoridades del Club de Planeadores Otto Ballod, en especial a sus presidentes sucesivos, Mario Reynoso, Luis Etchevers, Daniel "Potti" Deker y por su intermedio al resto de sus dirigentes y socios.
A quienes nos ayudaron desde el corazón: Patricia Mc Michael, David Eli (que no cobró nada por su intervención en la organización); A Diego Cardama y su empresa "Aerotec"; Gustavo Micolli, Enrique "Quique" Lippi y Roberto "Beto" Vogt.
A la Provincia de Buenos Aires, y al Diputado Provincial Isidoro Laso por su apoyo para la construcción de la nueva sede del aeródromo.
A la Municipalidad de Adolfo Gonzáles Chavez, por todo su apoyo en todo el proceso de organización y muy especialmente para la evacuación de las lagunas de la pista durante la primera semana del campeonato. En especial a los intendentes Daniel Vissani y José Martínez.
A las autoridades del I.G.C., Erik Mozer, Peter Ryder y Brian Spreckley, que nos apoyaron en momentos muy difíciles en los que algunos países no querían que nuestro mundial se disputara. Su firme convicción de que lo podíamos hacer fue determinante para que toda la empresa terminara con el éxito que tuvimos.
Al numeroso equipo que trabajó durante todo el premundial de 2012 y el Mundial de 2013, es tan grande que sería muy prolongado mencionarlo en éste momento. Pido a todos los que están leyendo estas líneas que se dirijan a la página de internet "Volar a Vela", en el Link "Campeonatos Mundiales realizados en la Argentina", "XXXII Mundial Chaves 2013", "Las autoridades del torneo", en el cual se detallan con precisión y justicia a todos y cada uno de los que colaboraron en el mes completo que nos llevó el desarrollo del mundial. Ahí se les hace justicia a todos.
Si omito mencionar a algunos de los colaboradores, o alguien que haya estado con nosotros no es mencionado, pido desde ya disculpas y me comprometo a remediar la omisión oportunamente. Solo pido que me lo hagan conocer.
In memoriam:
Parece mentira, pero al momento de hacer este balance tan precario, llama la atención la falta de algunos de los artífices del campeonato. Son ausencias que duelen y se sienten cotidianamente.
Por eso, en este momento quiero recordar a quienes fueron baluartes de la organización, pilares fundamentales para que llegáramos con buen resultado al final:
- Irene Treuer de Repicky
- Juan Souza
- José Daniel "Pepone" San Martín
- Héctor "el Nene" Villar (mecánico durante el Mundial)
A su eterna memoria, con mucho agradecimiento.
Eduardo A. Barrera
Córdoba, enero de 2023.