Charles Atger

"Récord mundial de permanencia: 56 hs. y 15 min."

      Charles Atger fue un piloto de origen francés, nació el 18 de junio de 1921 en Gréoux-les-Bains en la región de Alpes-de-Haute-Provence, Francia.

      Siendo Charles un niño adolescente, trabajó como agricultor en la propiedad de sus padres.

      El joven Charles atravesando la vasta propiedad en Aurabelle, con los brazos abiertos a veces, iba saltando de piedra en piedra: volar, volar, quería volar, pero sus padres le prohibían volar, había tenido una afección pulmonar.

      Ante la negativa de la familia, Charles comienza su "huelga de hambre". Esta negativa a comer lleva al adolescente a Manosque al Doctor Caire que establece un diagnóstico: "Charles puede volar, es bueno para su congestión pulmonar".

      La aventura comienza en Saint-Auban. Para llegar allí, utiliza la bicicleta, de Gréoux a la estación de Manosque, luego el tren en el que se olvida a menudo su "merienda"… y todavía quedan dos kilómetros a pie.

        Aprende a despegar con un cabrestante, "haz una, dos vueltas...". En 1938, a los 17 años, Charles Atger obtuvo su licencia de piloto de planeador de primer grado.

      Distante de Gréoux 40 km, en bicicleta, y luego en tren, dejó Aurabelle mucho antes del amanecer, llega primero al sitio, primero en el aire, luego va a casa, se sube al tractor, hace "su trabajo" en la granja.

        Desafortunadamente para él, la oportunidad de pasar a su licencia de segundo grado de piloto pasa por debajo de sus narices porque se declara la guerra.

      Se comprometió voluntariamente en la defensa de su país, se unió a las fuerzas militares en Carcassonne, en el departamento del Aude, partió hacia el norte de África. Mientras que está por obtener su licencia de piloto militar, el día del evento final, todo se cancela: "Pétain había firmado el armisticio", dijo sonriendo.

      Después del final de la guerra, regresó a su hogar y comenzó a volar nuevamente en Saint-Auban y Saint-Rémy-de-Provence.

      Del 2 al 4 de abril de 1952, Atger voló 56 horas y 15 minutos sobre los Alpilles, batiendo el récord mundial.

      Tenía como objetivo 60 horas, pero no alcanzó esta meta debido a sufrir temporales espasmos estomacales.

El vuelo récord

Primer intento:

   Alentado por sus amigos pilotos, Charles Atger hace un primer intento con un dispositivo especialmente dispuesto en Saint-Auban, el habitáculo no ofrece suficiente espacio para las piernas de un tipo grande de cuerpo.

     Cuando podría haber volado un poco más tiempo, Atger detiene este primer intento después de 27 horas de vuelo. "No tenía sentido volar una hora más, ya no había más viento y el récord de entonces estaba cerca de las 50 horas!"

Nuevo intento:

      El miércoles 2 de abril de 1952 a las 6:21 hs., a bordo del planeador Arsenal-Hersant "Air 100", Nº de serie 12, Charles Atger inició su vuelo sobre los Alpilles. Louis Brum estaba en su puesto cerca de la radio. El planeador, estaba en perfecto estado, verificado por Chauvet; el mecánico.

      El aire estaba turbulento el 2 de abril de 1952, el Mistral soplaba en ráfagas a una velocidad media de entre 80 a 90 km/h. Charles Atger anunciaba por radio que las turbulencias lo descomponen, pero lucha y persevera. El vuelo se ejecuta trazando figuras en forma de ochos de una longitud de 30 a 40 kilómetros a lo largo de la vertiente norte de los Alpilles, la altitud rara vez supera los 1.500 metros y, a veces, el planeador evoluciona a solo 800 m sobre el suelo. Las sesiones de radio tienen lugar cada media hora. Cae la noche; la temperatura es negativa, pero el piloto se queja más de sed que de frío. La prueba es insoportable, inquietante.

      Las turbulencias fueron tan fuertes, que después del aterrizaje se constató que el planeador sufrió un cierto desgaste en los anclajes de los alerones al ser sometidos a un esfuerzo no habitual.

     En la madrugada del 2 de abril de 1952, durante el vuelo, una fuerte tormenta hace que cierren todos los aeropuertos. Por lo tanto, no cruza ningún avión excepto en la segunda noche, el "correo" hacia París, que pasa siempre a pesar de cualquier contingencia.

     Aterriza el viernes 4 de abril a las 14:36 hs., habiéndose mantenido en el aire durante 56:15 hs., rompiendo así en catorce minutos el récord anterior. Entrevistado al aterrizar, el Sr. Atger dijo: "Las últimas horas del vuelo fueron extremadamente dolorosas, ya que estuvieron marcadas por molestias temporales debido a espasmos estomacales".

     Para evitar la somnolencia, Atger había inhalado sales inglesas (Sal de Epsom). Una dosis ligeramente más alta desencadenó este espasmo. Estaba exhausto, pero su condición no presentaba ninguna preocupación. Sus controles de peso tomadas al inicio del vuelo y al aterrizar revelaron una pérdida de peso de 5,400 kg.

     Georges Marijon, Edgard Teton y Moutein fueron los tres comisarios oficiales de la F.A.I. que contolaron ese 4 de abril de 1952 el vuelo de 56 horas y 15 minutos que ha realizado Charles Atger en Alpilles. Este récord de permanencia sería homologado como nuevo récord mundial.

     Años después contaba: este famoso vuelo récord, "sobre el que los periodistas han escrito tantas tonterías", por decirlo suavemente, enfatiza Charles Atger, "Contrariamente a lo que se ha dicho, yo nunca tuve ninguna preparación especial". El tractor, la bicicleta, la condición física, era cosa de todos los días.

     Para intentar el récord, responde a la petición de sus amigos, "solo necesitaba un elemento, el Mistral".

     "Que estaba descompuesto, las alucinaciones, los síncopes evocados entonces por los periodistas, nada era cierto". La verdad es que estaba alcanzado por el sueño. Con su entrenador, Louis Brun, habían estimado 60 horas de vuelo, pero al padecer calambres estomacales, decidió aterrizar al alcanzar las 56 horas y 15 minutos después de despegar y entrar así en la leyenda de la aviación.

     Antes de partir, su presión arterial era de 11/7, considerada insuficiente para que "aguante". Cuando volvió, ¡no había cambiado! Al descender del planeador, sin ayuda, caminó, se duchó. No respondió a los periodistas, para no confesar que quería dormir.

     Granjero en el dominio de sus padres, comenzó a pilotear planeadores en 1938 en Saint-Auban. Tras su récord, suma 669 horas 15 minutos de vuelo. La prensa creó la leyenda de que entrenaba de noche mientras trabajaba en su tractor. Cuando le hacian esa pregunta, respondía sin rodeos: "Es una fábula. Volaba durante el día, así que tenía que hacer mi trabajo asignado por la noche"…

     A fines de 1954, el joven y ambicioso Bertrand Dauvin quería vencer a Charles Atger en su terreno. Fue encontrado muerto entre los restos de su planeador, el agotamiento lo superó. Por lo que la Federación Aeronáutica Internacional decidió no volver a certificar récords de duración de planeadores. Y Charles Atger seguirá siendo para siempre el plusmarquista mundial de duración en un monoplaza.

     El Air-100 No. 12, F-CADC eterno poseedor del récord mundial de duración, aún existe.


Charles Atger antes de iniciar su vuelo récord


El Arsenal "Air-100" así se encuentra preservado

Charles en la Argentina

   Charles Atger, durante una visita a su padrino, viajó a Marruecos y Argelia. Entonces había renunciado a establecerse allí, anticipando, como un visionario, los cambios que ocurrirían doce años después en estos paises.

     Prevenido, debido a problemas auditivos que siguían creciendo, abrazando su carrera como piloto, Charles Atger abandonó Francia.

      Luego de que el gobierno francés le impidiera volar por problemas auditivos, Atger se mudó a la Argentina, a pesar de no saber español. Aquí, trabajó como piloto agrícola, acumulando un total de 33.600 horas de vuelo, otro récord.

   Su tarea como piloto fumigador fue desarrollada mayormente en la provincia de Buenos Aires. Charles Atger piloteo un avión fumigador del Sr. Osvaldo Horacio Gensón en la ciudad de Laprida, provincia de Buenos Aires, lugar que él eligió para vivir y trabajar junto a Gensón durante muchos, muchos años.

      Quienes lo han conocido, manifiestan que fue un gran piloto, daba gusto verlo volar. Tenía buen sentido del humor y era una gran persona. Además fue piloto para una empresa de Carlos Casares, y amigo de quienes trabajaban en el taller Arias y Bortolazzo en Tres Arroyos.

    Antes de su partida hacia Francia fue despedido y agasajado por sus amigos y conocidos. Esta desenfocada fotografía documenta ese emotivo momento.


Charles Atger junto a sus conocidos argentinos en su agasajo de despedida de Argentina


El relato del vuelo en una reunión de amigos

      Gracias a la generosidad del Sr. Manuel "Lito" Fentanes, quien aportó esta grabación de un audio inédito registrado en un reunión de amigos, tenemos la posibilidad de conocer las contingencias de este vuelo en palabras emitidas por el propio Atger.

      Este registro fue realizado en un campeonato llevado a cabo en el Club de Planeadores "Otto Ballod" en el año 1975.

     En él, Charles Atger comienza su relato manifestando que nunca tuvo intención de intentar un vuelo de permanencia, que lo que lo llevó a ello fue la broma insistente de sus compañeros de vuelo, diciéndole: "vos te la pasás siempre hablando sobre qué hace falta para realizarlo, pero nunca hacés nada". Esas palabras bastaron para que Charles tomara el desafío.

      Al comienzo del relato cuenta algunos breves pasajes de su primer intento, en el que llegó a volar casi 27 horas. Luego cuenta las alternativas vividas durante este largo vuelo de 56 h y 15 m.

      El audio fue recuperado de una cinta magnetofónica, contenida en un "cassette", siendo luego digitalizado, procesado y filtrado con el objeto de mejorar la calidad de la grabación.

      Sin duda, este registro tiene un valor histórico y documental de suma importancia para el vuelo a vela mundial.

      Muchas gracias "Lito"



      El 20 de febrero de 1993 regresó a Francia y se retiró a su pueblo natal de Gréoux-les-Bains.

   Charles Atger, en su país natal, siempre fue recordado y reconocido por su logro, sin duda alguna su extraordinario vuelo ha marcado un hito en la historia de la aeronáutica francesa.

      El 14 de octubre de 2014, los Alpha Jets de la Patrulla de Francia sobrevuelan la localidad de Aurabelle, lugar de residencia de Atger y dejan salir su legendaria estela tricolor de la bandera francesa. "Saludan a uno de los suyos".


Publicación de la revista francesa Greoux d'aujourd' huy Nº 23 - Febrero de 2015, pág. 12 y 13


      Charles Atger murió el 15 de marzo de 2020 a la edad de 98 años. La prensa francesa hizo conocer su partida, le rindió un merecido homenaje recordando una vez más su épico vuelo de permanencia.



   Agradezco al Sr. Rogelio Damián Gensón por la colaboración y la autorización para la publicación de algunas fotografías
   de Charles Atger en la Argentina.


                 


Junín - Bs. As. - Argentina